El lenguaje humano es un fenómeno altamente complejo que ha ido agregando elementos casi interminablemente hasta el punto de necesitar un conjunto de reglas y explicaciones que permitan, al escribirlo, entender la metodología, los símbolos y los sonidos más complicados. La ortografía nace entonces como el conjunto de reglas y normas escritas más completo para entender cómo realizar una redacción apropiada. Si bien estas reglas suelen parecer muchas veces arbitrarias, tienen una gran razón de ser que es diferenciar distintos sonidos que en el lenguaje oral se confunden y deben ser distinguidos porque se producen de un modo diverso. Por otro lado, la ortografía es lo que permite que uno pueda entender lo que otro escribe ya que si no existieran estas reglas sería realmente imposible en muchos casos la comprensión de algunas palabras. Se considera que gran parte de la ortografía se aprende básicamente por la lectura continuada de textos más que por la memorización de cada regla.
La ortografía como sistema de verificación del lenguaje. Sus partes y elementos
La correcta transmisión del Lenguaje tiene distintos niveles de verificación, teniendo por un lado un criterio Semántico otro que es conocido como Pragmático y por último un criterio Sintáctico, que nos permite analizar propiamente al mensaje emitido, a saberse:
Semántico: Relativo puramente al significado del mensaje, siendo generalmente relacionado a la correcta utilización del lenguaje.
Pragmático: La respuesta que tiene el receptor del mensaje al recibir el mismo, teniendo en cuenta la correcta utilización del Lenguaje, su interpretación y el contexto del mismo.
Sintáctico: La utilización ordenada de las palabras dentro de un mensaje, analizando la estructura del mismo y el modo en que se combinan no solo las palabras, sino también los Signos de Puntuación, para poder dar un sentido unívoco y no se libre a varias interpretaciones.
En este último criterio es que encontramos enmarcado el concepto de Ortografía, ya que es justamente las Convenciones y Reglamentos que se han fijado arbitrariamente para un sistema de escritura perteneciente a un lenguaje determinado, por lo que es comunmente conocidas estas reglas como Normas Ortográficas. Es importante señalar que la ortografía no es siempre estática sino que todos los idiomas actualizan permanentemente sus reglas incluyendo palabras y modismos nuevos del lenguaje.
La historia de la ortografía y su relevancia en la construcción del lenguaje
Como todo, la ortografía también tiene su historia. Cada uno de los idiomas más importantes y hablados del mundo tiene una academia o institución aceptada para establecer las reglas de uso del idioma. En el caso del lenguaje español y las versiones castellanas, podemos decir que las primeras reglas y normas ortográficas fueron dadas a conocer en el año 1727, con la difusión de las mismas por parte de la Real Academia Española, a poco tiempo de haber sido fundada esta institución, dejando de lado las falencias que tenían adaptar estos signos a las Pronunciaciones Orales, o bien a lo relativo a la Etimología de la Palabra, lo que llevaba a una libre interpretación y a veces hasta distintos criterios para poder interpretar el mensaje, con un desfasaje entre emisor y receptor.
Su principal asentamiento se dio en el año 1854, con la publicación de La Ortografía de la Lengua Castellana, teniendo muy pocas modificaciones desde entonces, contando con adaptaciones etimológicas y fonológicas, ya que las letras pueden representar gráficamente fonemas idénticos en algunos ejemplos, diferenciándose de la fonética, pero no por ello dejando de lado la conservación de caracteres de una misma fonética, como en el caso de la B y V, por ejemplo. La Real Academia Española realiza un trabajo permanente de re-acomodación de las nuevas reglas o modismos que pueden surgir, muchas veces incluyendo nuevas formas que se empiezan a dar espontáneamente, se vuelven masivas y se deben tener en cuenta como formas del lenguaje. Estas nuevas formas al tiempo de ser aceptadas por la Real Academia Española se transforman en versiones oficiales del lenguaje.
Como ejemplos de reglas ortográficas podemos destacar la admisión de una tilde en las letras vocales (A, E, I, O, U) para poder indicar sílabas acentuadas, o la inclusión de una diéresis para indicar la sonoridad de la letra U en las sílabas Gui y Gue.
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